¡Tu motivación! Cómo motivarse para hacer ejercicio

¡Tu motivación! Cómo motivarse para hacer ejercicio

Hacer ejercicio regularmente, como hacer dieta adelgazante, no es tarea fácil. Requiere compromiso, perseverancia, trabajar los buenos hábitos, así como fuerza y ​​compromiso. Sin ella, no mantendremos nuestro proceso de quemagrasas natural, lo que es peor, volveremos a los viejos malos hábitos. En estas situaciones, es bueno saber cómo mantenerse motivado para hacer ejercicio.

Motivación – buenos hábitos

A la hora de buscar nuestro quemagrasas natural, solemos recurrir a parches quemagrasas, dieta y entrenamiento. Sin embargo, nuestro fuerte entusiasmo a menudo se desvanece después de un tiempo. Entonces también vale la pena buscar motivación, es decir… ¿qué exactamente?

Muchos creen que la motivación tiene poderes y habilidades mágicas, y solo unas pocas personas la poseen. De hecho, sin embargo, la motivación para hacer ejercicio no es un poder mágico que nos inunda desde el cielo y nos hace querer hacerlo de repente. Más bien, es una fuerza del hábito y una férrea autodisciplina. Tienes que resolverlo obligándote a entrenar todos los días, hasta el momento en que la actividad se convierta en un punto fijo de la programación diaria.

Resulta, por lo tanto, que formular un objetivo específico ayuda a motivarse para hacer ejercicio. Es importante no subir el listón demasiado alto y no prometerse cosas extremadamente difíciles, como correr una media maratón, si nunca antes ha corrido realmente en serio. También es una buena idea encontrar una actividad que le guste y monitorear su progreso y resultados con regularidad. A continuación, presentaremos algunos métodos sobre cómo mantener su propia movilización para el entrenamiento y encontrar su quemador de grasa efectivo.

Regla uno: ¿por qué estoy haciendo esto?

La razón más común por la que empezamos a hacer ejercicio es para mejorar nuestra apariencia. Queremos tener una figura esbelta para poder lucirnos en bikini sin vergüenza, o tener una gran musculatura que despierte la admiración de nuestras amigas. Para conseguirlo, recurrimos a parches adelgazantes, dieta y buscamos una actividad que nos interese.

No hay nada de malo en eso; después de todo, todos se preocupan por verse bien y sentirse bien en su cuerpo. Sin embargo, la práctica demuestra que esta no es la única fuente de motivación. Esto se debe a que muchos de nosotros comenzamos a aceptar nuestro cuerpo con todas sus fallas. No hay nada de malo en eso, siempre y cuando no tengamos sobrepeso y nuestro cuerpo pueda realizar fácilmente muchas actividades físicas. Sin embargo, si usted es obeso o incluso tiene sobrepeso, hay más que considerar además de la apariencia.

 La investigación muestra que sin la ingesta regular de la cantidad correcta de ejercicio, el cuerpo humano simplemente se descompone, al igual que una máquina que carece de aceite. Las consecuencias de sentarse en el sofá son graves y los kilos de más o la dificultad para respirar tras entrar en el tercer piso son solo el principio de la lista de problemas. Incluye enfermedades como diabetes, presión arterial alta, aterosclerosis, infarto de miocardio, accidente cerebrovascular y todos los tipos de cáncer. Resulta, por tanto, que el deporte no es solo un quemagrasas eficaz, sino también una forma de llevar una vida sana. Esto es algo a tener en cuenta.

Regla dos: define tu objetivo

El comienzo del deporte no es fácil, pero si superamos la primera barrera, podremos ver los primeros resultados bastante rápido. Nuestro cuerpo tomará forma, se volverá más firme y flexible. Viendo esto, empezamos a entender que el deporte es el mejor producto para adelgazar. Sin embargo, los primeros problemas pueden surgir más tarde.

Sin embargo, muchos deportistas llegan a la pared en algún momento y dejan de notar los resultados de sus actividades. Esto es normal ya que su cuerpo se acostumbra al esfuerzo con el tiempo. Es importante no abandonar entonces, sino seguir haciendo lo suyo, posiblemente con más intensidad o carga. La visualización de las metas ayuda a sobrevivir a las crisis de entrenamiento. Vale la pena definir su objetivo y tarea que querremos lograr dentro de un cierto período de tiempo. Gracias a esto, veremos los próximos efectos de nuestro trabajo, que contribuirán aún más a la motivación.

Regla tres: encuentra un deporte que te guste

El deporte puede ser como parches adelgazantes para nosotros, pero qué pasa si no nos gusta ir al gimnasio, no nos gusta correr, no nos gusta el fitness y no estamos interesados ​​en la mayoría de las actividades deportivas. En este caso, nuestra motivación puede estar muy alterada. Por lo tanto, vale la pena recordar encontrar un deporte que te guste.

De hecho, hoy en día tenemos tantas opciones que no es necesario que te obsesiones con correr o ir al gimnasio, “porque todo el mundo lo hace”. Si no te gusta sudar y cansarte, elige actividades más tranquilas como pilates y yoga. También puedes practicar ciclismo o patinaje sobre ruedas, senderismo, natación, voleibol, baile o marcha nórdica. ¡Libertad total! Por supuesto, dependiendo de la disciplina, los efectos serán diferentes; por ejemplo, trotar promueve la pérdida de peso y Pilates fortalece los músculos. Sin embargo, el ejercicio es movimiento y quemagrasas natural.

regla cuatro: supervisa el progreso y recompénsate

Para hacer un seguimiento de tu desarrollo, vale la pena tomar una foto de tu figura antes de comenzar el primer entrenamiento y medir las circunferencias: muslo, caderas, cintura, abdomen y brazos. Gracias a esto, podrás controlar posteriormente los efectos de los ejercicios. Sucede que los entrenamientos no traen resultados visibles y no notamos ningún cambio a primera vista. Solo cuando comparamos las fotos y las medidas, notamos cuánto cambia nuestro cuerpo: los muslos se adelgazan, la cintura aumenta, el contorno de los músculos aparece en el abdomen. Y cuando lo haga, entonces… recompensemos.

Es importante endulzar un poco la implementación de las resoluciones deportivas, recompénsate por el efecto. ¿Corriste los primeros cinco kilómetros sin parar? Cómprate zapatos nuevos. ¿Has durado una semana sin dulces? Date un capricho con tu pastel favorito con tu café del domingo. ¿Hiciste a conciencia el tercer entrenamiento de la semana? Toma un baño caliente y relajante.

Regla cinco: pierde batallas, no guerras

La regla final en el proceso de quemagrasas exitoso… no preocuparse por un solo fracaso. No hay deporte sin fracaso, y eso también se aplica a los campeones. Perdónate por tropezar, y no lo dejes ir. El hecho de que hoy no haya sido posible perder kilogramos innecesarios no significa que será imposible en los próximos días. No te rindas y sigue luchando, porque puedes perder la batalla y ganar la guerra.

Sin duda, el deporte nos puede funcionar como el producto adelgazante más eficaz. Sin embargo, todos tenemos momentos de duda, momentos en los que queremos dejarlo todo y volver a ver netflix con una bolsa de patatas fritas. En tales situaciones, vale la pena buscar la motivación para tomar medidas adicionales, y los puntos anteriores pueden ser útiles.

 

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